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El poder del balón

Por Mariló Ruiz

El secreto del éxito del balón es su más distintivo rasgo: su forma esférica. A diferencia de la colchoneta u otros implementos, el balón tiene una superficie móvil. Su inestabilidad “alerta” a los músculos dormidos, reclutando las fibras musculares profundas y las superficiales. Paul Chek, especialista en ejercicios y cuidado de la columna vertebral, reconocido internacionalmente, famoso por su pionero trabajo en el acondicionamiento atlético utilizando balones para ejercicios, explica cómo la inestabilidad del balón estimula los reflejos del cuerpo para que el organismo empiece a disparar los músculos estabilizadores “por absoluta necesidad”. Por otro lado, Stuart McGill encontró que el curvarse sobre un balón con los pies en el suelo, prácticamente se duplica la activación de los músculos abdominales en comparación con la misma posición sobre una superficie estable. El esfuerzo de trabajar en una superficie móvil crea una demanda mucho mayor sobre el sistema motor. Un ejercicio sobre el balón requiere una completa concentración; así, al desarrollar la musculatura abdominal del segmento somático central, también se entrenan los músculos profundos de la espalda, caderas, piernas y brazos.

Utilizar el rango total de movilidad es una forma más equilibrada y útil de trabajar los abdominales. Mientras trabajamos sobre una superficie redonda, nos concentramos en estirar los abdominales, no sólo en acortarlos al hacer con rapidez una serie de veloces y vigorosos abdominales. Así sentiremos cómo las contracciones excéntricas (o de elongación) son tan importantes como las concéntricas (o de acortamiento). Así mismo, en el entrenamiento con el balón, utilizaremos en muchas ocasiones la contracción isométrica, ésta es cuando mantenemos el cuerpo en una posición sin movimiento, aumentando la tensión del músculo sin cambiar su longitud. Con este tipo de contracción desarrollaremos la resistencia muscular.

El balón requiere que ejecutemos los ejercicios con lentitud, dándonos tiempo a utilizar los músculos correctos mientras ponemos máxima atención en la forma en que realizamos los ejercicios.

En definitiva, el uso del balón (pequeño o grande) para el entrenamiento, mantendrá nuestro cuadrado abdomino-lumbar en situación de alerta. Nos ayudará a equilibrar nuestro entrenamiento al alternar el trabajo del suelo pélvico, transverso y recto abdominal, y acondicionará los oblicuos y los multífidos de la espalda, músculos que dan forma a la cintura y permiten que la columna vertebral rote y se incline lateralmente.

Como recomendación, debes disfrutar de tu entrenamiento con el balón, ya que la misma forma esférica de este implemento da muchas posibilidades en múltiples e inusuales ejercicios, diseñados para desarrollar una excelente fuerza abdominal y una espalda saludable, y puede ser muy divertido. Recuerda, antes de empezar a entrenar con el balón debes tener consciencia de la técnica para ejecutar los ejercicios con seguridad y eficacia.